¿Cómo detectar un ambiente laboral tóxico?

Se podría decir que la palabra tóxico ha tomado cierta relevancia y, teniendo en cuenta sus usos, considerarse una moda. “Deberías dejar esa relación, es tóxica” “No deberías ver más a fulanito, es muy tóxico”. En esta nota trataremos de aprender a detectar un ambiente laboral tóxico.

Etiquetar a personas de una determinada manera construyendo un prejuicio de cómo son, es muy común. Por eso en este artículo, no hablaremos de las personas, sino, de los ambientes. La forma de construcción de los vínculos y cómo mejorar la administración de las distintas emociones que puede haber en cualquier ámbito. Pero específicamente, hablaremos del laboral.

No hablaremos de personas porque, si bien son factores a tener en cuenta, no son específicamente el problema. Los ambientes laborales tóxicos suceden cuando la mala administración de varios factores, toman mayor protagonismo.  Entonces trataremos de aprender cómo detectar un ambiente laboral tóxico.

Sabemos que las personas son muy complejas, todos tenemos un background que, de alguna manera, ayudó a construir nuestra manera de vincularnos. Mecanismos de defensa, formas de comunicarnos, miedos, prejuicios y malos hábitos de socialización que se nos han encarnado y son parte de nuestra personalidad. 

El dilema es que esto afecta sobremanera los espacios que habitamos cotidianamente, y muchas veces, sucede de manera invisible. Las sutilezas de la raíz del problema son muy grandes.

 A veces es difícil detectar cuál es el problema y porqué hay un ambiente laboral que propicia desgano, fatiga y mal humor entre el equipo humano. Vamos a repasar algunos de los factores más importantes a cuidar para evitar malos ambientes laborales. 

La comunicación, la madre de las respuestas

Tener claridad en nuestras tareas diarias es importantísimo para llevar un trabajo organizado y claro, pero esto se complica cuando el trabajo es en equipo. No todos tenemos las mismas maneras de trabajar ni tampoco de organizarnos, cada uno tiene sus tiempos. 

Sin embargo, cuando trabajamos en equipo, llega el momento de conciliar y lograr acuerdos. No solo de las diferencias que puedan surgir, sino también para poder lograr un trabajo grupal organizado. 

Para que esto suceda es necesario tener en cuenta varios factores. Uno de ellos es la creación y difusión de un claro organigrama, tenemos que saber cuál es nuestro rol en el equipo y qué es lo que hacen nuestros compañeros. 

Al trabajar para un bien común, es necesario que sepamos que nuestro trabajo no es encapsulado y afecta al trabajo de los demás y viceversa: la construcción de un buen equipo se genera con comunicación.

El equipo como norte

Tener feedback de nuestras tareas y generar canales de comunicación sanos y claros, con pares y superiores, es vital para el buen desarrollo del empleado en particular y de la empresa.

Más allá de estas cuestiones de índole organizativa, también hay una necesidad de saber comunicar una identidad. Pero ¿a qué le llamamos identidad? Bueno, muchos tratan de definirla desde distintos aspectos. 

Por empezar todos tenemos nuestra propia identidad individual, que tiene que ver con lo que hablábamos anteriormente y también con la representación de quiénes somos. El desafío es poder complementar esta identidad individual con la identidad de la empresa u organización de la que participemos, de esta manera generamos una pertenencia a la misma, y potencia la comodidad de los trabajadores. 

Muchas empresas tienen planes o programas para empleados, basados en los valores de la empresa. Una investigación de Globoforce arrojó datos interesantes sobre las empresas que tienen en su organización este tipo de planes, que ilustraban el impacto positivo de los mismos. Ayudó a reforzar el compromiso en los trabajadores y la retención de los mismos a lo largo del tiempo, además fortaleció la marca de la empresa entre los empleados. 

Saber dónde estamos y hacia dónde vamos, muchas veces brinda gran seguridad en quiénes forman parte de la organización para crear colectivamente un gran proyecto. 

Inteligencia emocional

La inteligencia emocional es detectar y comprender las emociones propias y también ajenas (empatía). La frustración es una emoción común en ambientes laborales poco sanos. No sentirse escuchado o contenido, forma parte de las grandes causas de esta emoción negativa. Esto tiene impacto directo en el equipo y el trabajo que realiza.

 Pero con la construcción de la inteligencia emocional estas situaciones pueden detectarse fácilmente. No solo la frustración está presente como emoción negativa, además, la mala comunicación puede generar relaciones ríspidas y malas reacciones por no saber controlar las emociones. 

De esta manera se generan dinámicas que, frente a una situación de conflicto, se activan: el miedo a la reacción y la autocensura por temor a reprimendas, limitan la libertad a la hora de trabajar y afectan a la creatividad. 

Pero la inteligencia emocional, al igual que otro tipo de inteligencias, se trabaja y perfecciona cuando la reconocemos y somos conscientes de su uso. El aprendizaje emocional es muy difícil de realizar porque tiene que ver con las formas más centrales de pensamiento y del accionar de la persona.

Por ejemplo, cuando a una persona se le dice que debería aprender a utilizar una nueva herramienta de procesador de texto, es menos probable que tenga una mala reacción en comparación con una a la que se le sugiere que debería aprender a controlar su temperamento. 

La idea de tener que mejorar habilidades emocionales es difícil de digerir, porque al tratarse del núcleo de la personalidad es muy probable que nos resistamos a ese cambio. Este proceso de introspección requiere mucho esfuerzo pero trae aparejado muchas mejoras de comunicación y estabilidad emocional, mejoran los espacios compartidos entre los vínculos y una mayor productividad. 

Capacitarse con inteligencia

Comprender la visión de las nuevas formas de trabajar en Recursos Humanos beneficia a cualquiera que quiera comenzar en esta carrera. La Tecnicatura Superior en Relaciones Laborales de Teclab te brinda las herramientas necesarias para que puedas hacerlo. 

Empatía, comprender los vínculos y generar valor en el equipo podrán ser parte de tus habilidades una vez que te recibas de Técnico Superior en Relaciones Laborales.

Detectar un ambiente laboral tóxico, sirve para que podamos hacer algo al respecto. Por eso, la construcción de perfiles que puedan seguir cultivando las habilidades que corrigen este malestar, es muy importante..

Personas que tengan empatía, capacidad de administración de los talentos y puedan potenciar los aspectos positivos de un grupo humano.

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